domingo, 13 de mayo de 2012
NUEVO Y ÚLTIMO TEMA EN REPROGRAFÍA
La última unidad del temario, LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000) la dejo para que la fotocopieis en reprografía
jueves, 3 de mayo de 2012
TEMA 11. LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978
TEMA 11:
LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978
Introducción
Este tema es fundamental
para entender nuestro presente y pasado más inmediato. El sistema
democrático, interrumpido por una dictadura de casi cuarenta años,
retorna a nuestro país, y es el que ordena nuestra vida política
actual. Después de la muerte de Franco en noviembre de 1975, se
plantearon en España tres posibles alternativas políticas a
seguir: el continuismo del sistema político franquista, la
disolución inmediata de las instituciones franquistas o la reforma
del sistema político a partir de las instituciones y leyes de la
dictadura hasta alcanzar una situación de democracia plena. El rey,
verdadero motor del cambio político, optó por la vía reformista.
De esta forma,el presidente del gobierno Adolfo Suárez, impulsó una
profunda reforma política que abarca desde la legalización de los
partidos políticos y sindicatos y los decretos de amnistía hasta el
reconocimiento de las instituciones propias del P. Vasco y Cataluña.
Todos ellos fueron hitos que jalonaron los primeros años de la
transición y que condujeron a la Constitución de 1978. Tras la
redacción de ésta, España abandona el franquismo y empieza a
funcionar con un sistema democrático que llevará al poder a tres
partidos: UCD, PSOE y PP entre 1979 y 2004.
Desarrollo
El 22 de noviembre de 1975
Juan Carlos I comenzaba su reinado dentro de un ambiente de gran
incertidumbre. Los primeros pasos de la monarquía fueron una
reconciliación y el inicio del tránsito
político hacia un sistema democrático. Las principales fuerzas
políticas que encontramos en estos años podríamos agruparlas en
los franquistas, entre los cuales podemos distinguir dos grandes
grupos, el “bunker partidario de la línea dura
y los “aperturistas” que pensaban que era necesario un cambio.
Dentro de las fuerzas de oposición encontramos
una gran variedad de partidos que iban desde la derecha liberal o
monárquicos hasta los partidos de izquierda clásicos,como
el PCE y el PSOE, éste último había sufrido una renovación
importante de líderes, pasando por grupos
nacionalistas vascos y catalanes.
Las fuerzas de oposición se
agrupaban en dos organizaciones, la Junta Democrática, dominada por
el PCE, y la Plataforma de Convergencia
Democrática, dominada por el PSOE. El primer gobierno de la
monarquía era heredero del franquismo, con Arias Navarro como
jefe del mismo. Pero al mismo tiempo aparece una figura clave en el
proceso de cambio que será Torcuato Fernández Miranda. Esta
inclusión en la cúpula de poder obligó a
Arias Navarro a impulsar un programa de reformas limitadas, como
libertad de prensa, derecho de reunión y
asociación o reforma de las Cortes, pero nunca pensó en una
verdadera democracia. Tras sus diferencias con el monarca, Arias
Navarro presentó la dimisión en julio de 1976.Esta dimisión fue
aprovechada para designar como presidente del gobierno a Adolfo
Suárez quien dio todos los pasos para lograr el cambio político:
amnistía para los presos políticos,
creación de constitución y elecciones generales libres. Este
gobierno inició contactos con miembros de la oposición como Felipe
González y Santiago Carrillo y nombró al
teniente general Gutiérrez Mellado vicepresidente del gobierno,
figura clave para controlar el peligro golpista en el Ejército.
En 1976 se presentó al país el Proyecto de Ley para la Reforma
Política que debía modificar el sistema político existente y debía
ser aprobado por las Cortes franquistas. Una vez superado ese
escollo, el proyecto fue aprobado en referéndum por una amplia
mayoría. Las dificultades eran muchas, la semana del 23 al 29 de
enero de 1977 fue conocida como la “Semana Negra”,
atentados,secuestros y un hecho que conmocionó a la sociedad
española, la matanza de Atocha de abogados laboralistas. Esta semana
hizo temer a muchos la imposibilidad de alcanzar una democracia
plena. En un golpe de efecto, Suárez legalizó al PCE en plena
Semana Santa, conocida desde entonces como un “Sabado Santo Rojo”.
Tras esto convocó las primeras elecciones libres para junio de 1977.
El resultado electoral supuso el triunfo de la UCD, partido
creado por Adolfo Suárez, seguida del PSOE. Durante este segundo
gobierno de Suárez se afrontaron los principales problemas del país:
conflictividad laboral, inflación, paro, proceso preautonómico,
relaciones con la CEE y sobre todo dotar a España de una
Constitución. Los pasos a seguir para la resolución de estos
problemas fueron la firma de acuerdos entre Gobierno, sindicatos
y partidos en los conocidos como Pactos de la Moncloa, en
octubre de 1977, con los que se intentaron hacer frente a los
problemas económicos a través de la reforma fiscal, el control de
la Seguridad Social y un programa de inversiones públicas. De esta
forma se pasó al inicio de la redacción del texto constitucional,
para lo cual se eligió una Comisión Constitucional y ésta a su vez
a siete diputados, los “padres de la Constitución”, para
elaborar el proyecto constitucional: Peces Barba, Fraga, Miquel Roca,
Cisneros, Herrero de Miñón, Pérez Llorca y Solé Tura. La ausencia
de un representante del PNV hizo que el principal partido vasco no
apoyase finalmente la Constitución.
La Constitución española de 1978 se
caracteriza por los siguientes rasgos generales: Es una Constitución rígida, o lo que es
lo mismo, su reforma exige un procedimiento severo y dificultoso; Es una
Constitución consensuada, debido a que su contenido fue el resultado de la voluntad mayoritaria de
la Asamblea constituyente, lo que provoca que sus contenidos tengan cierta ambigüedad
e indefinición (Por ejemplo en el Artículo 2 se menciona “...la Nación
española...las nacionalidades...que la integran...”); Es una Constitución de origen popular, ya
que, en contraposición a las decimonónicas, esta fue
elaborada por una asamblea elegida por
el pueblo español, el cual sancionó después en referéndum el texto.
El texto constitucional se basó
en el consenso: aquellas cuestiones que suscitaban mayores
diferencias fueron redactadas de tal forma que pudieran ser aceptadas
por las diversas fuerzas políticas. Ante el deseo de auto gobierno
del P. Vasco y Cataluña, el gobierno de Suárez inició el proceso
preautonómico antes de la aprobación de la Constitución, a través
de la generalización del principio de autonomía regional,
coloquialmente denominado “café para todos”. Así pues
tras su debate, el texto final fue aprobado por el Congreso y
sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978: la Constitución
Española quedó aprobada con un 87,8% de los votos afirmativos. La
Constitución define a España como un Estado Social y democrático
de Derecho,la forma del Estado como una monarquía parlamentaria y
proclama que la soberanía nacional reside en el pueblo. Además,
hace compatible la unidad de la Nación con el derecho a la autonomía
de las nacionalidades y regiones (art. 2). Establece una serie de
derechos, libertades y deberes entre los que destacan el derecho a la
vida, la libertad ideológica y la libertad de expresión además de
otros derechos sociales (Título I). En lo que se refiere a la
Corona, se establece que el Rey es el Jefe del Estado y se fijan sus
funciones, atribuciones y prerrogativas. En cuanto a la organización
de los poderes del Estado, las Cortes son bicamerales: el Congreso de
los Diputados y el Senado son elegidos por sufragio universal y
ejercen el poder legislativo. El poder ejecutivo es ejercido por el
Gobierno, que dirige la política interior y exterior y es investido
por las Cortes, además tiene iniciativa legislativa para presentar
leyes y elaborar proyectos de ley a
las Cámaras. Los jueces y magistrados ejercen el poder judicial. Se
crea el Tribunal Constitucional cuya función es
evitar cualquier violación de la Constitución. Aprobada la
Constitución, se constituyeron las actuales 17 Comunidades
Autónomas,cada una de ellas con formas de autogobierno, y se
estableció el principio de solidaridad y equilibrio económico entre
ellas. La única modificación que ha sufrido la Constitución hasta
el día de hoy, se realizó en 1992 para conceder el derecho al voto
en las eleccionesmunicipales a los ciudadanos de la UE residentes en
España.Disueltas las Cortes Constituyentes, se convocaron nuevas
elecciones para marzo de1979. Las urnas volvieron a dar la victoria a
la UCD, seguido del PSOE, AP y PCE. Delespíritu de consenso de la
etapa anterior se pasó a la confrontación, los dos
principales partidos de izquierda realizaron una durísima
oposición al gobierno de Suárez. En los meses siguientes se
recrudecieron los actos terroristas y las presiones
involucionistasque añadieron dificultades a las negociaciones de los
Estatutos de Autonomía del PaísVasco y
Cataluña, quienes tuvieron como primeros dirigentes al socialista
RamónRubial como lehendakari, y Josep
Tarradellas como presidente de la Generalitat. Este mismo año de 1979
ambas comunidades vieron redactados y aprobados sus estatutos
deautonomía, mientras que las demás regiones iniciarían la
elaboración de los suyos.En abril de 1979 se convocaron las primeras
elecciones municipales democráticas,que en la mayoría de las
ciudades, mediante un acuerdo postelectoral dieron el triunfo alos
partidos de izquierda quienes se hicieron con las principales
alcaldías.En marzo de 1980 se celebraron las primeras elecciones
autonómicas en el P. Vasco y Cataluña que dieron el triunfo a los
nacionalistas. Ambos resultados supusieron un revés
para el gobierno, pero los principales problemas de Suárez no venían
de los fracasos electorales, sino del interior de
su propio partido. La UCD era una coalición poco cohesionada y
sin una dirección efectiva donde los enfrentamientos y
rivalidadesentre los integrantes eran cada vez más frecuentes.
Paralelamente, la oposición se crecía y en 1980
el socialista Felipe González presentó una moción de censura
contra elGobierno de Suárez, esto provocó el
refuerzo de la figura de González como líder de laoposición. Harto
de toda esta situación, Suárez dimitió el 29 de enero de 1981. El
reydesignó a Leopoldo Calvo Sotelo candidato a la presidencia y su
investidura quedó fijada para el 23 de febrero.La escalada de ETA y
la aprobación de los Estatutos de Autonomía, percibidos por los
ultraconservadores como una amenaza contra la unidad de la patria
provocaron quela ultraderecha, sectores militares y grupos
reaccionarios pidiesen abiertamente unainsurrección. El momento
propicio se presentó mientras se celebraba la votación
deinvestidura de Calvo Sotelo, un grupo de
guardias civiles dirigidos por el tenientecoronel
Tejero entraron en las Cortes secuestrando el poder legislativo y
ejecutivo. El capitán general de Valencia, Jaime
Milans del Bosch decretó el estado de guerra y publicó
un bando que recordaba los del verano de 1936. Alfonso Armada, era
otro de los principales golpistas. El golpe no contó, sin embargo,
con el apoyo unitario del ejército. La labor de
algunos militares como Quintana Lacaci, capital general de Madrid,
fue clave para abortar el golpe. El momento decisivo llegó la
madrugada del 24de febrero cuando el rey se dirigió a lo ciudadanos,
explicando las órdenes que había transmitido a los altos cargos
militares de sumisión al orden constitucional. El golpe del23
de febrero fracasó pero demostró la fragilidad que aún tenía la
democracia en España
El 24 de febrero, Calvo
Sotelo era nombrado presidente de un gobierno que duraría un año y
medio y estaría presidido por las disensiones internas en el seno
de la UCD. Durante su etapa de gobierno tuvo lugar la aprobación de
muchos de los estatutos de autonomía. Galicia y Andalucía quedaron
constituidas como comunidades históricas, al igual que País Vasco
y Cataluña. En este período también se produjo una transferencia
continua de competencias del gobierno central a las CCAA. Desde el
punto de vista social, el hecho más relevante fue el “escándalo
del aceite de colza”, envenenamiento masivo por la venta
fraudulenta de aceite en mal estado. También en 1981 se aprobó la
ley del divorcio, muy criticada desde sectores conservadores, y tuvo
lugar la aparición del SIDA. Sin embargo una de las medidas más
polémicas fue la tramitación de España en la OTAN, que se veía
como la antesala al ingreso en la CEE. La medida fue masivamente
criticada por la izquierda, especialmente por el PSOE que prometió
convocar un referéndum si ganaba las elecciones. Paralelamente, la
crisis interna de la UCD se recrudecía al igual que la del PCE,
también con problemas internos. Por el contrario el PSOE asistía
al reforzamiento del liderazgo de Felipe González y una mayor
moderación en su ideario que le hizo abandonar posturas radicales.
En este contexto, Calvo Sotelo convocó elecciones anticipadas para
el 28 de octubre de 1982 que supondrían el fin de la etapa centrista
e inaugurarían la etapa de gobiernos socialistas hasta 1996.
Conclusión
Rubricada con las firmas del monarca y
los Presidentes de las Cámaras, la entrada en vigor de la Constitución abría una
etapa decisiva en la historia de España. Su grandeza, en palabras de Tamames, dependería “de
la mayor o menor eficacia que se alcance en su aplicación, del éxito que se logre en
su desarrollo político, de que comporte o no consecuencias verdaderamente favorables
en el proceso del país”.
Tras este período sumamente
complejo que arranca en 1975, España ha logrado por fin la
normalidad democrática. El sistema democrático ha arraigado con
fuerza en nuestro país superando las dificultades de este complicado
período: terrorismo, peligro golpista, crisis económicas entre
otras.
El sistema democrático ha arraigado con
fuerza en nuestro país superando las dificultades de este
complicado período: terrorismo, peligro golpista, crisis económicas
entre otras. Durante la transición, vivimos un período de nuestra
reciente historia en la que la Constitución de 1978 logró superar
las tensiones encauzar, la vida de nuestro país de forma pacífica.
De todas formas, no todo ha sido positivo. Aunque el consenso y la
búsqueda deformas legales evitaron los peligros para la joven
democracia, no acostumbraron a los ciudadanos a hacer valer su voz,
sino que todo el mecanismo político se depositó en el
funcionamiento de los partidos y en su monopolio de la vida
política. Salvando puntuales modificaciones, que hoy son
auspiciadas desde distintos sectores políticos y sociales, lo cierto es que, como
corolario a nuestro análisis y descripción, no cabe duda que nuestra Carta Magna ha sido un
pilar fundamental para la edificación de la España democrática, moderna y de decidida
vocación europeísta del siglo XXI.
martes, 1 de mayo de 2012
FRANQUISMO 1959-1975
EL FRANQUISMO: EVOLUCIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL DESDE 1959 A 1975. LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN
Evolución económica. En los años cincuenta la situación creada por la autarquía económica era insostenible (bajos salarios, racionamiento, inflación, y estraperlo). La agricultura era el sector más importante pero su producción era insuficiente. La industria estaba estancada pese a la creación del INI en 1941. La sociedad era tradicional y la mayoría de la población pasaba hambre y estaba descontenta. Se hacía necesaria una apertura para combatir el estancamiento económico. La Guerra fría significó el fin del aislamiento internacional gracias al acuerdo firmado en 1953 con Estados Unidos, Tratado de Ayuda Mutua, por el que proporcionarían ayuda económica a cambio de instalar bases en España, lo que permitió una recuperación con algunos cambios: acabó el racionamiento y se liberalizaron los precios y la circulación de los productos alimenticios. Pero a partir de 1956, la inflación y el déficit presupuestario crecieron.
Fueron los años de los Planes de Desarrollo, siguiendo el modelo de planificación económica indicativa, dirigidos por el ministro de Industria López Rodó. Consistían en tres planes cuatrienales, iniciados en 1964 - aunque el tercero quedó parado por la crisis de 1973- que coordinaban el crecimiento económico del país. Se fomentó la implantación industrial con ayudas e inversiones estatales en infraestructuras en siete polos de desarrollo ( Burgos, Vigo, La Coruña, Huelva, Sevilla, Valladolid y Zaragoza), zonas atrasadas pero con posibilidades económicas. Los planes estimularon la industria pero raramente cumplieron sus previsiones y acentuaron los desequilibrios sectoriales y regionales. Frente al desarrollo de las zonas industriales (Cataluña, País Vasco, Madrid y los nuevos polos de desarrollo) otros territorios quedaron atrasados (Galicia, las dos Castillas, Andalucía, Extremadura).
El régimen usó como propaganda la industrialización presentándola como el "milagro económico español". España se convirtió en la décima potencia industrial del mundo. La renta per cápita pasó de 300$ en 1960 ( la más baja de Europa), a 1000 $ en 1970. La tasa de crecimiento fue muy alta, 8,6% anual. Para este cambio estructural fue imprescindible la migración de la población: cuatro millones de personas realizaron un éxodo rural desde las zonas deprimidas del campo español hacia las regiones industriales (País Vasco, Cataluña, Madrid y los polos industriales) o atraídas por las zonas turísticas de la costa. Dos millones se marcharon a Europa Occidental en pleno crecimiento industrial debido a la favorable coyuntura internacional (Alemania, Suiza y Francia), ya que el modelo español de crecimiento no generaba empleo suficiente para la creciente población activa.
La balanza de pagos deficitaria permanentemente, casi enjugó su déficit gracias a tres fuentes de ingresos: las inversiones extranjeras, las divisas que enviaban los emigrantes y los ingresos de los turistas extranjeros. Las inversiones extranjeras suplieron en parte la carencia de capital pero originaron una excesiva dependencia de los países más desarrollados. El boom del turismo con 6 millones de visitantes (franceses, ingleses y alemanes, principalmente) en 1960, que pasarían a más de 30 en 1973 convirtió a España en el segundo destino turístico de Europa, por detrás de Italia. Los emigrantes en Europa enviaban sus ahorros a España en divisas, muy importantes para el crecimiento. El desarrollo económico quedó estancado a partir de la crisis general de la economía capitalista de 1973.
Evolución social. Estas transformaciones económicas produjeron cambios en la estructura de la población. Se produjo un considerable incremento demográfico (34 millones en 1970). Entre 1960 y 1973 la España agraria, rural y tradicional dejaba paso a una España industrial, urbana y moderna, similar a la de los países de Europa occidental. Cayó el porcentaje de personas ocupadas en la agricultura y aumentó el número de obreros de la industria y de empleados del sector servicios (terciarización). También cambió la estructura social, con predominio de las clases medias urbanas. El aumento de los salarios- aun siendo bajos respecto a los europeos- y de la renta per cápita elevó el nivel de vida de los españoles, que iniciaron la sociedad de consumo. Mejoró la alimentación, aumentó la construcción de viviendas- aunque no se acabó con el chabolismo y las ciudades crecieron con barrios periféricos sin infraestructuras adecuadas-, los hogares se dotaron de frigoríficos, televisores, teléfonos. Las vacaciones y el automóvil, el famoso Seat 600, estuvieron al alcance de más personas.
La Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) hizo que el Estado garantizara asistencia médica, pensiones de jubilación, y otras prestaciones a los afiliados, si bien insuficientes. La Ley General de Educación (1970) ampliaba la escolarización obligatoria hasta los 14 años, lo que disminuyó el analfabetismo.
Se produjeron también cambios profundos en la mentalidad. Los jóvenes españoles, en contacto con los turistas extranjeros, la vida urbana y la televisión (pese a la censura y manipulación continuas), tenían una concepción del mundo más abierta y tolerante que la tradicional de la España oficial; buscaban su inspiración cultural en Europa - en modo de vestir, música, pensamiento. España se secularizó. Las nuevas generaciones querían libertad no sólo económica sino también política.
Evolución política. El régimen franquista fue evolucionando a lo largo de los años. Pero las profundas transformaciones económicas y sociales que el país experimenta con el desarrollismo económico no fueron acompañados de las correspondientes transformaciones políticas. Debido a la coyuntura internacional, en los años sesenta se notan ciertos aires de tolerancia sin que desaparezca la dictadura ni la represión a través del Tribunal de Orden Público (1963). Se hace una política que busca la eficacia. Los tecnócratas del Opus Dei cobraron gran protagonismo político, relegando a las familias tradicionales del régimen- falangistas, militares y católicos de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Se promulgan nuevas leyes, que inician una tímida liberalización:
· La Ley de Prensa (1966), de Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, supuso la desaparición de la censura previa y una cierta permisividad en libros y espectáculos.
· La ley de Libertad Religiosa (1967) por la que se reconocía la igualdad de todas las confesiones
· La Ley Orgánica del Estado (1967), séptima y última de las Leyes Fundamentales, sometida a referéndum, que intentó dar una apariencia de liberalización política y aperturismo al régimen franquista, sin modificar su esencia autoritaria. Por primera vez el cargo de presidente del gobierno se separaba del de Jefe de Estado. El régimen evolucionaba hacia la llamada democracia orgánica, un modelo político representativo organizado en torno al Movimiento Nacional y sus instituciones.
· En 1969 Franco nombró al príncipe Juan Carlos, hijo de don Juan de Borbón, su sucesor a título de rey. Su intención era instaurar una nueva monarquía continuadora del régimen en caso de su fallecimiento. Don Juan Carlos juró fidelidad a Franco y a las Leyes Fundamentales.
Respecto a las relaciones exteriores, los tecnócratas solicitaron en 1962 el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, pero no lo lograron porque el régimen no era democrático, sino dictatorial. Pero consiguieron la firma de un Acuerdo Preferencial en 1970, con privilegios comerciales. Se concedió en 1968 la independencia a Guinea Ecuatorial. Se cedió a Marruecos, independiente desde 1956, el territorio de Ifni (1969) y, tras la Marcha Verde organizada en 1975 por Hassan II aprovechando la enfermedad de Franco, se repartió el Sahara español entre Marruecos y Mauritania, en el Acuerdo de Madrid, sin tener en cuenta al pueblo saharaui. Por último, el intento de recuperación de Gibraltar terminó en fracaso y el régimen ordenó en 1969 el cierre total de la frontera (no se volvió a abrir hasta 1982)
La oposición al régimen. En los años sesenta y setenta la oposición al franquismo se fortaleció, organizándose en distintos frentes:
· Oposición obrera: aumentaron las huelgas laborales, con peticiones de tipo político. Los sindicatos tradicionales (UGT y CNT) tenían escasa militancia frente a las Comisiones Obreras, creadas por Marcelino Camacho, relacionadas con el PCE.
· Movimiento estudiantil: las protestas de estudiantes universitarios fueron en aumento exigiendo libertades democráticas. La más importante tuvo lugar en 1965; en Madrid fueron expulsados de sus cátedras los profesores Aranguren, Tierno Galván y García Calvo.
· Un sector de la Iglesia, tras el Concilio Vaticano II, se fue distanciando del régimen con los nuevos aires de tolerancia y libertad. Destacó el cardenal Enrique y Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal desde 1971. Muchos sacerdotes (clero vasco, curas obreros) y asociaciones católicas (como la HOAC) militaron en la oposición, especialmente en el PCE.
· La UMD (Unión Militar Democrática) creada por 80 oficiales del ejército en 1974.
· La oposición de partidos políticos ilegales: el de mayor implantación social en el interior del país era el Partido Comunista de España (PCE), dirigido por Santiago Carrillo, partidario del eurocomunismo que defendía la necesidad de la reconciliación nacional y la democracia. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), muy minoritario, renovó su dirección en el Congreso de Suresnes (Francia) en 1974, con líderes del interior del país como Felipe González, secretario general. Había partidos socialistas al margen del PSOE como el PSP de Tierno Galván. En la extrema izquierda surgieron partidos como el PCE-ML, PTE, la ORC, o terrorista como el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota). Los partidos nacionalistas históricos, como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se revitalizaron y aparecieron dos nuevos: Euskadi ta Askatasuna (Euskadi y Libertad, ETA, que surgió de una escisión del PNV en 1959 que actuó como banda armada desde 1967; su atentado más famoso fue el asesinato de Carrero Blanco, presidente del Gobierno el 20 diciembre de 1973. Y Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) nacida en 1974, de centro, dirigida por Jordi Pujol. El carlismo evolucionó hacia el socialismo autogestionario. La Democracia Cristiana reunía a diversos partidos de centro, minoritarios socialmente, con líderes de prestigio, como Gil Robles, más moderado, y Joaquín Ruiz Jiménez, fundador de la revista Cuadernos para el diálogo, muy crítica con el régimen. Participaron en 1962 en el famoso Contubernio de Munich, con otros opositores moderados y demócratas tanto del interior como del exilio.
· En los años finales del franquismo, surgieron alianzas políticas entre los partidos de la oposición. La primera fue la Asamblea de Cataluña, en 1971, que englobaba toda la oposición catalana. En 1974 por iniciativa del Partido Comunista se constituyó en París la Junta Democrática de España, que integraba a numerosos partidos de izquierda e incluso personalidades de la derecha democrática, con un programa común de ruptura democrática para salir de la dictadura. El PSOE por su parte creó en 1975 la Plataforma de Convergencia Democrática, junto con la Democracia Cristiana, con un programa muy parecido. Al final, ambos organismos se fundirían en Coordinación Democrática en 1976, ya muerto el dictador ( 20 de noviembre de 1975).
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